Para niños a partir de los
5 años, jóvenes y adultos.
Es frecuente la inclinación musical de los niños hacia los instrumentos de percusión: batería, congas y tambor. En las clases de batería se aprovecha esta simpatía que tienen los niños hacia los instrumentos de percusión para desarrollar en ellos las habilidades físicas y mentales necesarias para la ejecución del instrumento.
Al finalizar el año los estudiantes que llevan un proceso
ininterrumpido superior a los 7 meses se presentan en el concierto
final de cada año, de esta manera al aprendizaje del instrumento se le
agrega la experiencia de la presentación en tarima.
La música se debe aprender a
Escuchar y disfrutar
Escribir
Leer e interpretar
La batería e hiperactividad
¿mito o realidad?No es cierto que el niño “se vuelve hiperactivo” con la ejecución de instrumentos de percusión, por el contrario, el aprendizaje de todos los instrumentos musicales proporciona beneficios en el desarrollo integral del ser humano.
Atención, concentración y memoria.
Además de fortalecer la atención, la concentración y la memoria, las clases de batería exigen realizar tareas duales que requieren un alto nivel de coordinación y disociación rítmica al tener que ser capaces de reproducir diferentes ritmos y escalas a través del movimiento acompasado de brazos y pies para hacer sonar el instrumento.
Coordinación
Al tocar la batería los movimientos de disociación de manos y pies deben ser coordinados según el ritmo musical que se esté interpretando, esto hace que nuestro cerebro este trabajando en dos tareas simultaneas, lo activa y lo va entrenando para afrontar las tareas duales a las que nos enfrentamos en la vida cotidiana como por ejemplo en un aula de clase escuchar y tomar apuntes.